¿Imprimes tus fotos? ¿Las cuelgas en casa para verlas y mostrarlas a tus visitas? 

Yo, por empezar en la fotografía hace más de treinta años, no tenía otro remedio que imprimirlas para verlas. Hoy todo eso cambió y las fotos se quedan en los discos duros o en el teléfono.

Hace unos años, encontré una caja con muchas fotos familiares donde aparecía muy joven, con amigos, colegas, mis sobrinas recién nacidas, etc… y decidí ponerlas todas en un gran marco de 50 x70 cm a modo “corcho de los recuerdos”.

 La grata sorpresa fué observar que todo el que entraba a casa se iba derecho a esa pared a “hurgar” en mi pasado con gran entusiasmo y empezaban las preguntas tipo: ¿ésta es tu madre? ¿Y éste? ¿Dónde estabas aquí? ¿En qué año fue?

A día de hoy, me da alegría saber que hay varios “corchos de los recuerdos” colgados en las casas de la gente que pasó por casa.

No me enrollo más pero te dejo estas ideas.

Tener una foto impresa te conecta emocionalmente con ese momento capturado de tu vida. 

Le da vida a tus paredes con imágenes que cuentan tu historia.

Es un regalo especial al ser único y muy personal.

A diferencia de los archivos digitales, una impresión puede durar generaciones, creando un legado visual.
La textura del papel, es una experiencia sensorial que la pantalla no puede igualar.

¡Imprimir es como poder tocar tus recuerdos!

Muy buena semana y nos leemos el sábado 😉

Ahhh! Laura me pregunta qué cámara puede comprar para empezar en la fotografía que sea pequeña, de lentes intercambiables y de buena calidad.

La respuesta simple es: cualquiera que te permita usarla en modo MANUAL. 

Pero las otras características la cumplen varias en el mercado.

La que yo uso es la SONY a6400.

Este año salió la a6700 que es una pasada por las características que le incorporaron al modo video. Un poco picante de precio, es verdad.

Pero, si el presupuesto es ajustado toda la línea desde la a6000 en adelante son recomendables.